viernes, 13 de noviembre de 2015

Jabón lagarto



¡Otra vez elecciones!. Sin tiempo ni para respirar y enlazadas con las autonómicas y municipales, a finales de Diciembre nos toca volver a votar (o no) para elegir al gobierno central. Codazos para entrar en las listas, las mejores sonrisas del universo, las poses forzadas, la lengua quieta y a mesurar las palabras para no significarse demasiado. Todo con un fin, conseguir el acta que puede significar un cambio en la política estatal, o mantenerla, todos para medrar cuatro años más.

Con la maquinaria en marcha y la cohorte de gregarios, cual equipo ciclista en el Tour, intentan convencernos de lo que harán, de lo que derogarán y de lo que pasará si les votamos, como vulgares aprendices de Sandro Rey, futurólogos sin más ideología que la poltrona, el salario público y las dietas. Vulgares aprendices de Merlín engañados por sus propios palmeros con el fin de engañarnos a nosotros para poder conseguir sus objetivos.

Pero los votantes no somos tontos, ya sabemos de que va esto y tenemos claro que la opción esta vez va a pasar por superar la prueba del jabón lagarto, es decir, han de llegar limpios y brillantes, sin cargas ni mochilas, con las manos abiertas y dialogantes, sin complejos ni prejuicios o el desastre será estrepitoso. Para todos. Para los que están y para los que quieran estar. Y para todos los enchufados que aspiran  a crecer a la sombra de una cara bonita o de una consigna vacía.

Tengo confianza en las personas y sé que no nos vamos a equivocar, que esta vez toca "galopar, hasta enterrarlos en el mar" y que, a partir del mes de Enero ya nada volverá a ser igual porque habremos dejado atrás una pesadilla que lleva años repitiéndose en ciclos de cuatro. Ya saben, jabón lagarto.

Juan M. Segarra    Iniciativa del Poble Valencià. Coalició Compromís.

lunes, 5 de octubre de 2015

Activisme i política





De vegades es confon la militància política amb el sotmetiment a unes determinades normes establertes des de la direcció d'una organització, les quals serveixen pel normal funcionament de tot un engranatge, però que a la fi no representen més que les línies mestres del que realment es vol aconseguir, és a dir, dins dels partits encara queda marge per a l'activisme.

Pretendre normativitzar sense fi ens fa més pobres intel·lectual i, sobre tot, políticament. M'explique, cap norma té el vistiplau de totes les persones, tota norma pot ser rebatuda o revocada, tant per injusta, com per inútil, però inclús aquelles que han tingut una gran acceptació o èxit en el seu moment, amb en el temps, han de corregir-se o modificar-se per actualitzar-les adequadament. En aquests punts entre l'activisme polític, en els punts de sacsejar consciències i teixir xarxes de solidaritat transversalment, per derogar normatives reaccionàries o modificar aquelles que són obsoletes.

Tot això és més complicat si pertanys a un o altre partit, per allò dels recels, de la desconfiança i de l'ortodòxia que s'instal·la entre els aposentats culs d'aquells, que han oblidat els moments en els quals també contaven com a activistes, més que com a polítics. És hora, per tant, de fer memòria a totes i tots, de les raons per les que estem ací. Tornar la veu al poble ha de ser una obligació, recuperar la dignitat de la política mitjançant l'activisme ha de ser una referència, aconseguir el somriure de les persones i la seua felicitat, és la meta.

Per dignificar als activistes, per ser la veu dels que no tenen veu, pels treballadors i treballadores que han caigut en la desesperança, per lluitar per a que la igualtat i la justícia vagin de la mà; vull ser una de les persones escollides per a representar al poble valencià, en la llista que la Coalició Compromís en la demarcació de Castelló presente pròximament al senat. Per cert, una institució en la que cal molt més d'activista i molt menys de conformista. Per endavant, gràcies a totes i tots.

#ActivismeEnEstatPur

Juan Manuel Segarra.  Coalició Compromís.

jueves, 5 de marzo de 2015

Del chichi y los farolillos




"No tengo el chichi pa farolillos", la frase está sacada de la famosa serie "Aída" y puede servir para entender la evolución en el tiempo de la sumisión que la mayoría de mujeres han padecido en un mundo heteromasculinizado.
Del famoso entre nuestras mayores, "me duele la cabeza", hemos pasado con el tiempo a la citada expresión, que, de alguna manera refleja (de manera soez) el progreso, que las mujeres han conseguido plasmar en sociedades mayoritariamente dominadas por el patriarcado (también en la comunicación verbal).
Pero hete aquí que en mitad de un cambio de roles, al comienzo del más difícil todavía, que consistía en conseguir que la correlación de fuerzas cambiara de manera inequívoca, para la consecución de una auténtica feminización en todos los ámbitos de la vida, nos llegó la crisis y, en este campo, también hemos retrocedido en el tiempo, vete tu a saber hasta que época de la historia.
Hemos retornado a sueldos infames, a recortes en derechos y libertades, a desprotección social, independientemente del género de cada cual, pero el caso de la mujer aún es mas sangrante, con una brecha salarial que se agranda, sí en el siglo XXI se agranda, con una discriminación positiva prácticamente inexistente y con una criminalización del derecho a ser madres, o no, que recuerda períodos muy oscuros de la humanidad. Hoy tiene mas sentido que nunca la expresión, nos quieren sumisas y en casa.
Ya hemos visto que no tienen pudor, que no tienen vergüenza en aplicarnos las recetas mas duras para "rescatarnos", dicen, pero parece que mandarnos a casa, coartar nuestra libertad y sacarnos, literalmente, del mercado laboral, para que, bajo llave, dejemos de reclamar lo que es nuestro, dejemos de intentar ser iguales a ellos, es apreciado como algo "natural" o "pasajero", nuestra manera de contribuir a mejorar un sistema, que, sin nosotras, estará condenado a ser injusto por los restos. Toca ya decir basta, toca decir, "oigan, esto se ha acabado" y toca decirlo ya, hoy mejor que mañana, o pasaremos del chichi y los farolillos al dolor de cabeza y la sumisión eterna.

Juan Manuel Segarra.   Iniciativa del Poble Valencià. Coalició Compromís.